LUZ 16/05/2019

Senderos de luz. Caminos. Recorridos sin señales visibles. Destellos dentro de mí. Deseando hallar el justo momento de evadirme, de comenzar a viajar hacia la verdadera luz. Lucho, peleo diariamente contra ataduras y apegos materiales. Dinero, sexo y poder, tres elementos que me obstaculizan e impiden llegar a la luz. Menos mal que la autentica claridad me acompaña y da fuerzas. Seres angelicales me rodean y no logro verlos, pero sé que están ahí, a mi lado, deseando que vea la luz. Conexión, bifurcación, un laberinto pleno de caminos. A veces caigo en la tentación de pequeños instantes densos, cedo a satisfacer mi cuerpo, cuando lo hago me doy cuenta que no es lo que realmente busco. Nadie dijo que sería fácil. Dificultad añadida de no recordar QUIEN SOY. Trampeando, sorteando retos para llegar a ver la luz. Incomprendido, falto de constancia. Ahora confío y ahora no confío. Destellos dentro de mí. Pirámides que brillan, puertas que se abren. Lanzarse al vacío que hay dentro de uno mismo. Vacío extenso lleno de galaxias, estrellas, luz, polvo estelar. Soy un ladrillo que forma parte de la construcción que atiende al nombre de universo. Después de muchos años decido romper mi destino, a pesar de que no paran de surgir obstáculos cocreo mi propia realidad. Alguien dentro de mí decide que debo cambiar, mi alma empuja hacia la luz. Menos mal que, aunque poco a poco, todo comienza a encajar.

Antonio Arellano García. 19.07.2006

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