Nací un 12 de noviembre de 1959 a las 09:30 horas en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Y de eso hace ya una eternidad…

Me pusieron de nombre Antonio, de tres hermanos fui el mediano, crecí en una planta baja de 30 m2, situada en el barrio de Can Vidalet (parte de Esplugues y parte de Hospitalet), y allí permanecí viviendo hasta los 25 años.

De Can Vidalet me trasladé al barrio de Pubilla Casas, más tarde al de la Florida, luego a la población de Olivella, y actualmente resido en el bonito pueblo de Sant Pere de Ribes.

Desde los 14 años trabajé como administrativo, cocinero, vendedor ambulante, marinero de tierra obligado durante 18 meses realizando el servicio militar en Cartagena, y de nuevo administrativo, contable y empresario. Comencé a practicar yoga en el año 2002, en el 2004 y 2005 me formé como instructor de primer nivel de kundalini yoga, la empresa donde trabajaba cerró en el 2008, realicé un curso de monitor de risoterapia, otro de masaje shiatsu, y hoy en día transito mi «caminar por la vida» fluyendo con lo que el destino me ofrece.

¿Quién soy?

Aquel niño confundido y atemorizado; el adolescente rebelde; el chico de barrio duro por fuera y blando por dentro; el eterno romántico; el joven desbocado traspasando la frontera de lo políticamente correcto; el rockero intransigente; el militar marinero de tierra firme cabreado con el mundo; el posible novio serio y formal; el buen chico a los ojos de los suegros; el contable responsable; el marido supuestamente ideal; el malo que decide acabar con una relación de pareja de 22 años; el profesor de yoga; el dinamizador de talleres de la risa; el masajista de shiatsu; el escritor…

Soy todo eso y mucho más… pero no yo sólo. Cada uno y una de nosotros y nosotras somos mucho más de quien supuestamente nos han hecho creer que somos.

Quien realmente soy y somos, ya lo era y éramos cuando nacimos. Mi esencia pasó por la niñez, la adolescencia y llegó al mundo de los adultos; y ahora, cada vez que cultivo mi relación con ella, estoy más cerca de quien realmente soy. Cuando medito, estoy en silencio y consigo aquietar mi mente; cuando paseo en conexión con la naturaleza, al bailar, reír, cantar, pintar, dibujar… Cada vez que hago algo con total atención y vivo en el presente, estoy conectado con mí Ser. Porque no estoy, Soy, y si consigo Ser, no importa lo que ocurra a mí alrededor. Es igual que se dispare la dichosa prima de riesgo, si nos van o no a rescatar económicamente desde Europa, si políticos o personajes públicos son corruptos y cantidad de historias más.

Si me identifico con los personajes de la película Matrix les doy fuerza. Si permito que las vibraciones negativas penetren en mí, me alejo del Ser que soy. Al Ser que realmente soy no le afectan las situaciones externas, siempre sigue siendo quien Es. Es igual que sea pobre, rico, tenga alguna diversidad funcional, diferente color de piel, sexo o cualquier otra circunstancia que me haga parecer diferente a los demás… Más allá de lo evidente y visible, hay un gran espacio invisible, y allí suceden cosas mágicas y sin explicación racional. Aunque la verdad es que no sólo suceden experiencias mágicas en el mundo invisible.